Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón encendido con la intención de lanzarlo a alguien más; tú eres quien termina quemado.
1.
La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.
2.
El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.
3.
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
4.
Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.