No es suficiente hablar de paz. Uno debe creer en ella. Y no es suficiente creer en ella. Uno debe trabajar por ella.
1.
Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo:
2.
Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:
3.
Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
4.
Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos á los otros:
5.
No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.