Cántico gradual. ALZARÉ mis ojos á los montes, De donde vendrá mi socorro.
1.
Cántico gradual. ALZARÉ mis ojos á los montes, De donde vendrá mi socorro.
2.
Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
3.
No dará tu pie al resbaladero; Ni se dormirá el que te guarda.
4.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda á Israel.
5.
Jehová es tu guardador: Jehová es tu sombra á tu mano derecha.
6.
El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
7.
Jehová te guardará de todo mal: El guardará tu alma.
8.
Jehová guardará tu salida y tu entrada, Desde ahora y para siempre.
9.
Cántico gradual: de David. YO me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.
10.
Nuestros pies estuvieron En tus puertas, oh Jerusalem;
11.
Jerusalem, que se ha edificado Como una ciudad que está bien unida entre sí.
12.
Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, Conforme al testimonio dado á Israel, Para alabar el nombre de Jehová.
13.
Porque allá están las sillas del juicio, Las sillas de la casa de David.
14.
Pedid la paz de Jerusalem: Sean prosperados los que te aman.
15.
Haya paz en tu antemuro, Y descanso en tus palacios.
16.
Por amor de mis hermanos y mis compañeros Hablaré ahora paz de ti.
17.
A causa de la casa de Jehová nuestro Dios, Buscaré bien para ti.
18.
Cántico gradual. A TI que habitas en los cielos, Alcé mis ojos.
19.
He aquí como los ojos de los siervos miran á la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva á la mano de su señora; Así nuestros ojos miran á Jehová nuestro Dios, Hasta que haya misericordia de nosotros.
20.
Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros; Porque estamos muy hartos de menosprecio.
21.
Muy harta está nuestra alma Del escarnio de los holgados, Y del menosprecio de los soberbios.
22.
Cántico gradual: de David. A NO haber estado Jehová por nosotros, Diga ahora Israel;
23.
A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
24.
Vivos nos habrían entonces tragado, Cuando se encendió su furor en nosotros.
25.
Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente:
26.
Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
27.
Bendito Jehová, Que no nos dió por presa á sus dientes.
28.
Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores: Quebróse el lazo, y escapamos nosotros.
29.
Nuestro socorro es en el nombre de Jehová, Que hizo el cielo y la tierra.