La vida es una larga lección de humildad.
1.
Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.
2.
Así te bendeciré en mi vida: En tu nombre alzaré mis manos.
3.
Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;
4.
Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.