Idioma
Juan
14:2 -
En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros.
Apocalipsis
21:4 -
Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
1 Corintios
2:9 -
Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.
Mateo
6:20 -
Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan:
Filipenses
3:20 -
Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Filipenses
3:21 -
El cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar á sí todas las cosas.
Apocalipsis
7:16 -
No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.
Apocalipsis
7:17 -
Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
Colosenses
3:1 -
SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios.
Colosenses
3:2 -
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
2 Corintios
5:1 -
PORQUE sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
1 Pedro
1:4 -
Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos
Apocalipsis
22:5 -
Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará: y reinarán para siempre jamás.
Lucas
10:20 -
Mas no os gocéis de esto, que los espíritus se os sujetan; antes gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Hebreos
11:16 -
Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad.
2 Timoteo
4:8 -
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida.
Mateo
19:21 -
Dícele Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y da lo á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Apocalipsis
2:10 -
No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
1 Corintios
15:49 -
Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
Juan
3:13 -
Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
Apocalipsis
21:27 -
No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.
1 Tesalonicenses
4:17 -
Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
2 Pedro
3:13 -
Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas, en los cuales mora la justicia.
Apocalipsis
22:3 -
Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.
Mateo
25:34 -
Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Efesios
1:18 -
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
1 Pedro
5:4 -
Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
Romanos
8:18 -
Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.