Moisés levanta el tabernáculo: En Éxodo 40:2, se afirma que este evento tuvo lugar el primer día del primer mes del segundo año después de que los israelitas salieron de Egipto. Según las instrucciones de Dios, Moisés instaló el Tabernáculo, una tienda de adoración móvil, en este día. El Tabernáculo servía como un espacio sagrado donde los israelitas buscaban la presencia de Dios y ofrecían sacrificios.

En este día significativo, Moisés consagró el Tabernáculo y sus muebles, los ungió con aceite y santificó a los sacerdotes que servirían en él. El Tabernáculo se convirtió en el lugar central de adoración y una representación física de la morada de Dios entre su pueblo durante su viaje por el desierto.

Esdras lee el libro de la ley: En Nehemías 8:2, se registra que el primer día del séptimo mes (equivalente al primer mes del calendario civil), el pueblo se reunió en Jerusalén. Bajo el liderazgo del escriba Esdras, le pidieron que sacara el libro de la ley de Moisés.

Esdras se paró en una plataforma y leyó en voz alta el libro de la ley desde temprano en la mañana hasta el mediodía. Mientras leía, los levitas ayudaban al pueblo a entender las palabras, traduciendo y dando explicaciones. El pueblo escuchó atentamente, comprendió el significado de los mandamientos de Dios y lloró de arrepentimiento por su desobediencia pasada.

Esta ocasión marcó una renovación espiritual entre los exiliados que regresaron después del cautiverio babilónico. Se reconectaron con su relación de pacto con Dios y se comprometieron a seguir sus leyes y estatutos.

Resurrección de Jesús: Según los relatos del Nuevo Testamento, el primer día de la semana (domingo) después de la crucifixión de Jesús, ocurrió su resurrección . Marcos 16:1-2 menciona específicamente que María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé fueron al sepulcro temprano en la mañana del primer día de la semana.

Allí descubrieron que la piedra que cubría el sepulcro había sido quitada y un ángel les informó que Jesús había resucitado. Este evento está en el corazón de la fe cristiana y representa la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte. Su resurrección brinda a los creyentes la esperanza de la vida eterna y sirve como piedra angular de las enseñanzas cristianas.