La historia de Judas Iscariote, discípulo de Jesús, uno de los Doce, es trágica.

Judas fue elegido por Jesús como uno de los Doce Apóstoles y se menciona muchas veces en el Nuevo Testamento (Mateo 10:4; Marcos 3:19; Lucas 6:16). Siguió a Jesús junto con otros discípulos y fue testigo de muchos milagros y enseñanzas.

Desafortunadamente, Judas es mejor conocido por su traición a Jesús. Según el "Nuevo Testamento", antes de que Jesús fuera juzgado y crucificado, Judas entregó a Jesús a los principales sacerdotes. Entregó a Jesús a los líderes religiosos de la época por treinta monedas de plata.

La traición de Judas tuvo un efecto profundo en Jesús, pero también tuvo un gran impacto en el mismo Judas. Según los registros, Judas sintió remordimiento después de darse cuenta de sus acciones y trató de devolver las monedas de plata. Sin embargo, su arrepentimiento no impidió que Jesús fuera arrestado y ejecutado. Judas se suicidó poco después de que Jesús fuera sentenciado a muerte.

La traición de Judas es parte de la historia de la Pasión y un evento trágico. Esta historia nos recuerda los peligros del fraude y la traición, y nos anima a reconocer la importancia de arrepentirnos y buscar el perdón.