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Parte 12
Jesús Sanando al Hombre Afásico
El milagro de Jesús sanando al hombre afásico está registrado en tres de los evangelios: Mateo (Mateo 9:32-33), Marcos (Marcos 7:31-37) y Lucas (Lucas 11:14).
Jesús estaba viajando por la región de la Decápolis cuando se encontró con un grupo de personas que traían a un hombre que era sordo y mudo. El hombre padecía una dolencia que le impedía hablar u oír. No podía comunicarse con los demás de ninguna manera.
Cuando Jesús vio al afligido, lo apartó de la multitud, lejos de miradas y oídos curiosos. Entonces Jesús metió los dedos en los oídos del hombre y le tocó la lengua con saliva. Después de mirar al cielo, Jesús suspiró profundamente y le dio una orden al hombre: "¡Ephphatha!" que significa "¡Ábrete!"
Al instante se abrieron los oídos del hombre y se le soltó la lengua. Comenzó a hablar claramente, y los que lo rodeaban estaban asombrados y atónitos. Dijeron: "Todo lo ha hecho bien; incluso hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
Este milagro de Jesús sanando al hombre afásico tiene significado en varios sentidos. En primer lugar, destaca la capacidad de Jesús para curar enfermedades físicas. Su toque y comando fueron suficientes para superar la incapacidad del hombre para oír y hablar.
En segundo lugar, este milagro ilustra la compasión y la preocupación de Jesús por aquellos que eran considerados marginados de la sociedad. Las personas sordas y mudas a menudo eran marginadas y excluidas de la vida religiosa y otras actividades sociales. Al sanar a este hombre, Jesús mostró su amor y preocupación por todas las personas, independientemente de su estatus en la sociedad.
Además, este milagro revela el poder y la autoridad de Jesús sobre las fuerzas espirituales. Mucha gente en aquella época creía que aflicciones como la sordera y el mutismo podían ser causadas por actividad demoníaca. Al sanar al hombre, Jesús demostró su poder sobre cualquier fuerza espiritual que pudiera haber estado causando la dolencia.
Además, este milagro sirve como ejemplo de cómo un encuentro personal con Jesús puede transformar la vida de una persona. El hombre que antes era mudo pudo comunicarse inmediatamente con los demás, lo que habría mejorado drásticamente su calidad de vida y le habría devuelto la capacidad de participar en la sociedad.
El milagro de Jesús sanando al hombre afásico retrata su compasión, su autoridad sobre las fuerzas físicas y espirituales, y el poder transformador de encontrarlo. Nos recuerda que Jesús es el sanador supremo que se preocupa por todas las personas y desea restaurar la plenitud en cada aspecto de nuestras vidas.