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Parte 13
Jesús como el Salvador
La Misión de Jesús
Jesús existió como el Cordero de Dios genuino, encargado de remover permanentemente los pecados del mundo entero . La imagen del cordero sacrificado tiene su origen en el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento. En la Ley Mosaica, los corderos se ofrecían como sacrificio para expiar los pecados del pueblo (Éxodo 29:38-42; Levítico 4:32-35). Jesús cumple estos tipos de sacrificio como el último y perfecto Cordero que se ofrece a sí mismo como sacrificio expiatorio por los pecados de la humanidad.
Su muerte sacrificial en la cruz es vista como la ofrenda final y completa que quita permanentemente los pecados del mundo entero. A través de Su sangre derramada, los creyentes pueden recibir perdón, limpieza y reconciliación con Dios (1 Juan 1:7; Hebreos 9:22).
"Cordero de Dios"
El título "Cordero de Dios" enfatiza que el sacrificio de Jesús fue parte del plan de Dios para la redención. Presenta a Jesús como el elegido y ungido enviado por Dios para cumplir sus propósitos. Su sacrificio demuestra el amor, la misericordia y la voluntad de Dios de proporcionar un camino para que la humanidad se salve de las consecuencias del pecado.
El papel de Jesús como el Cordero de Dios también incorpora la idea de la expiación sustitutiva. Él tomó sobre sí mismo el castigo que la humanidad merecía por sus pecados. Al ofrecerse voluntariamente como cordero de sacrificio, Jesús cargó con los pecados del mundo, satisfaciendo la justicia divina y haciendo posible la salvación para todos los que creen en Él (Isaías 53:4-6; 2 Corintios 5:21).
El Poder de la Limpieza Completa y el Perdón de los Pecados
El sacrificio del Cordero de Dios provee una remoción completa y eterna del pecado. A diferencia de los sacrificios de animales del Antiguo Testamento, que tenían que ofrecerse continuamente, el sacrificio de Jesús fue un acto único (Hebreos 10:10). Tiene el poder de limpiar y perdonar los pecados por completo, provocando una transformación duradera en la vida de los creyentes.
El concepto de Jesús como el Cordero de Dios significa Su papel único en la expiación de los pecados de la humanidad. A través de Su muerte sacrificial, Jesús ofrece perdón y salvación a todos los que creen en Él, destacando el amor, la misericordia y el deseo de reconciliación de Dios con Su creación.