Directorio
Parte 15
Jesús Marchitando la Higuera
El milagro de Jesús marchitando la higuera está registrado tanto en el Evangelio de Marcos (Marcos 11:12-14, 20-25) como en el Evangelio de Mateo (Mateo 21:18-22).
Una mañana temprano, mientras Jesús y sus discípulos viajaban de Betania a Jerusalén, Jesús vio una higuera al lado del camino. El árbol tenía hojas, lo que indicaba que debería haber dado frutos ya que era temporada de higos. Sin embargo, tras una inspección más cercana, Jesús no encontró ningún fruto en el árbol.
En respuesta, Jesús dijo: "¡Que nadie vuelva a comer de vosotros fruto!" Sus palabras fueron una acción simbólica, que ilustra el juicio de Dios sobre Israel por su esterilidad espiritual e hipocresía.
Al día siguiente, cuando Jesús y sus discípulos pasaban junto al mismo árbol, Pedro notó que se había secado desde la raíz. Asombrado, Pedro se lo señaló a Jesús.
Para enseñar a sus discípulos una lección sobre la fe y el poder de la oración, Jesús respondió diciendo: "Tened fe en Dios. En verdad os digo, si alguno dice a este monte: 'Ve, tírate al mar', y no duda en su corazón, pero cree que lo que dicen que sucederá, les será hecho."
Luego, Jesús pasó a explicar el significado de la fe y el perdón, enfatizando la importancia de tener un corazón perdonador al acercarse a Dios en oración.
El milagro de Jesús marchitando la higuera conlleva varios mensajes importantes. En primer lugar, sirve como un acto simbólico de juicio contra Israel por su falta de fecundidad espiritual. Así como la higuera parecía fructífera pero no dio fruto, así también Israel exhibió una religiosidad exterior sin una justicia genuina.
En segundo lugar, este milagro resalta el poder de las palabras de Jesús. Su declaración hablada hizo que la higuera se marchitara y muriera, ilustrando su autoridad y demostrando que poseía poder divino.
En tercer lugar, este evento enseña una valiosa lección sobre la importancia de la fe y la oración. Jesús usó la higuera seca como ilustración para enfatizar el significado de la fe genuina en Dios y el poder de creer en la oración. Animó a sus discípulos (y a nosotros) a tener fe y confianza en el poder de Dios para lograr resultados notables.
Además, este milagro subraya la necesidad de un corazón que perdone. Jesús enfatizó la importancia del perdón cuando nos acercamos a Dios en oración, destacando que albergar falta de perdón puede obstaculizar nuestras oraciones y nuestra relación con Dios.
El milagro de Jesús marchitando la higuera sirve como un acto simbólico de juicio, una demostración de la autoridad de Jesús y una enseñanza sobre el poder de la fe, la oración y el perdón. Nos recuerda la importancia de la genuina fecundidad espiritual y el poder transformador de la fe y la oración en nuestras vidas.