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Parte 16
Abraza a Jesús para Tratar de Orar
Recibir el Don de Jesús a través de la Oración
Se nos presenta una extraordinaria oportunidad de abrazar el regalo de la gracia ofrecido por Jesús a través de una oración de entrega y aceptación. Nos extiende esta relación con la mayor generosidad y afecto. Como se declara en Juan 1:12: "Sin embargo, a todos los que le abrazaron, a los que pusieron su fe en su nombre, les concedió el privilegio de ser hechos hijos de Dios..." Al igual que cualquier don precioso, debe ser recibido para que realmente la poseamos.
De acuerdo con Hechos 16:31, tenemos la capacidad de recibir a Jesucristo en nuestra vida a través de una invitación personal. Al creer en el Señor Jesús, podemos experimentar la salvación. Jesús mismo declaró: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré..." (Apocalipsis 3:20).
Puedes Intentar Orar Así
"Querido Señor Jesús, con suma humildad, reconozco mi profunda necesidad de Tu presencia en mi vida. Expreso profunda gratitud por el sacrificio desinteresado que hiciste en la cruz, llevando el peso de mis pecados. Desde lo más profundo de mi corazón, te busco tu perdón por todas las cosas en las que me he quedado corto. En este momento, te acepto de todo corazón como mi Salvador y Señor.
Estoy lleno de un inmenso agradecimiento por el regalo inconmensurable de la vida eterna que Tú me has concedido en tu gracia. Tu amor y misericordia ilimitados me abruman, y estaré eternamente agradecido. Con una devoción inquebrantable, me comprometo a alejarme de mis errores del pasado y abrazar una nueva vida guiada por Tu luz y redimida por Tu gracia.
En Tu santo nombre, Señor Jesús, te ofrezco esta oración de gratitud y entrega. Gracias por tu amor inagotable y el poder transformador que traes a mi vida. Amén."
Un Nuevo Comienzo
Si ha orado genuina y sinceramente para recibir a Jesucristo como su Salvador, ¡le extiendo mis más sinceras felicitaciones! Al invitar sinceramente a Jesucristo a su vida, Él entra y lo abraza como un hijo amado de Dios en un nivel espiritual. Como se declara en 1 Juan 5:11-12, "Y este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene tener vida". Por tanto, como habéis recibido al Hijo, habéis recibido el don de la vida eterna.
Si bien puede o no percibir de inmediato una diferencia tangible, puede estar seguro de que si ha buscado sinceramente la salvación de Cristo, sus pecados han sido perdonados y ahora es atesorado como un hijo amado de Dios. Abraza esta verdad y permite que el amor y la gracia de Dios te guíen en tu viaje de fe.