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Parte 19
El velo se Rasga por la Mitad
Según el Evangelio de Mateo 27:50-51 en la KJV, cuando Jesús estaba colgado en la cruz, soportando un sufrimiento inmenso, sucedió algo extraordinario.
"Jesús, habiendo clamado otra vez a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron".
Después de haber clamado de nuevo, Jesús entregó el espíritu, indicando su muerte. Inmediatamente después de este momento, ocurrió un hecho extraordinario. El velo del templo, que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo, se rasgó en dos, de arriba a abajo. Además, hubo un terremoto y las rocas se partieron.
El velo que se rasga tiene un gran significado. En el templo judío, el velo, también conocido como cortina, actuaba como barrera entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El Lugar Santísimo era el área sagrada donde habitaba la presencia de Dios, y sólo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año en el Día de la Expiación. El rasgado del velo simbolizó la eliminación de la separación entre Dios y la humanidad, lo que significa que el acceso a la presencia de Dios ahora estaba abierto para todos a través del sacrificio de Jesús.
El rasgado del velo también tipificó el cumplimiento de la ley y las profecías del Antiguo Testamento. Representaba el fin del antiguo pacto y la inauguración del nuevo pacto en Jesucristo. A través de su muerte en sacrificio, Jesús se convirtió en el Sumo Sacerdote supremo, mediando entre Dios y la humanidad y brindando acceso directo a la presencia de Dios.
El terremoto y la rotura de las rocas demostraron el profundo impacto de la muerte de Jesús en la creación. Significaron el significado cósmico de este evento y sirvieron como una poderosa manifestación del poder y el juicio de Dios.
El rasgado del velo, el terremoto y el partirse de las rocas fueron signos extraordinarios que acompañaron la muerte de Jesús, enfatizando el significado de su sacrificio y el establecimiento de una nueva manera de acercarse a Dios. Destacan el mensaje central del Evangelio, que es la redención y la reconciliación sólo a través de Jesucristo.