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Parte 4
Jesús Resucitando a Lázaro
El milagro de Jesús resucitando a Lázaro es un evento profundo y conmovedor registrado en el Evangelio de Juan (Juan 11:1-44).
Lázaro, un querido amigo de Jesús, cayó gravemente enfermo en el pueblo de Betania. Sus hermanas, María y Marta, enviaron un mensaje a Jesús, informándole de la condición de Lázaro, con la esperanza de que Jesús viniera y lo sanara. Sin embargo, al recibir el mensaje, Jesús retrasó intencionalmente su llegada.
Cuando Jesús finalmente llegó a Betania, Lázaro ya llevaba cuatro días muerto y enterrado. Marta salió al encuentro de Jesús y le expresó su fe diciendo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto". Jesús la consoló diciéndole que Lázaro resucitaría. Marta reconoció su creencia en la resurrección el último día.
Profundamente conmovido por el dolor que lo rodeaba, Jesús fue al sepulcro donde yacía Lázaro. La multitud lo siguió, afligida y llorando. Jesús, lleno de compasión, pidió que quitaran la piedra que cubría la entrada del sepulcro. Marta estaba preocupada por el mal olor que emanaría del cuerpo en descomposición después de cuatro días, pero Jesús la tranquilizó diciéndole: "¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?"
Con la piedra quitada, Jesús miró hacia el cielo y oró a Dios, agradeciéndole por escuchar siempre sus oraciones. Entonces gritó a gran voz: "¡Lázaro, sal!" Inmediatamente, Lázaro, todavía envuelto en ropas funerarias, salió de la tumba, vivo y sano.
La multitud fue testigo de esta increíble vista. Algunos creyeron en Jesús, mientras que otros fueron a informar del milagro a las autoridades religiosas, lo que provocó más oposición contra Jesús.
La resurrección de Lázaro fue una poderosa demostración de la autoridad divina de Jesús sobre la muerte. Mostró su poder para resucitar a los muertos, presagiando su propia resurrección inminente. Este extraordinario acontecimiento no sólo reveló a Jesús como la fuente de la vida, sino que también señaló su identidad como Hijo de Dios.
El milagro de la resurrección de Lázaro tuvo implicaciones importantes más allá de la restauración inmediata de la vida. Esto endureció aún más la oposición de los líderes religiosos hacia Jesús, ya que temían perder su autoridad e influencia sobre el pueblo. También sirvió como un anticipo de la propia resurrección de Jesús, generando anticipación para el triunfo final sobre la muerte que se lograría mediante su sacrificio en la cruz.
La historia de la resurrección de Lázaro continúa inspirando y brindando consuelo a los creyentes, recordándoles el poder de Jesús sobre la muerte y su capacidad para traer nueva vida. Tranquiliza a los cristianos que incluso ante la muerte, Jesús ofrece la esperanza de la resurrección y la vida eterna .