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Parte 8
La Obediencia de Jesús a Dios
Obediencia a la Voluntad de Dios en la Tierra
A lo largo de su tiempo en la tierra, Jesús constantemente buscó cumplir la voluntad de su Padre celestial. La obediencia de Jesús a Dios fue un aspecto fundamental de su vida y ministerio. Él enfatizó esta obediencia en varias enseñanzas y acciones.
El Propósito y la Obediencia de Jesús
Jesús dejó en claro que su propósito no era hacer su propia voluntad sino la voluntad de Dios que lo envió. Él dijo: "Porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió". (Juan 6:38) Jesús entendió que la obediencia a la voluntad de Dios era primordial y estaba alineada con su naturaleza divina como Hijo de Dios.
Jesús buscó constantemente la comunión con Dios a través de la oración, a menudo retirándose a lugares apartados para comunicarse con su Padre. En el Huerto de Getsemaní, ante la inminente crucifixión, Jesús oró con fervor: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". (Lucas 22:42) Esto ejemplifica su compromiso inquebrantable de someterse al plan de Dios, incluso frente al inmenso sufrimiento.
Jesús Enseñó la Obediencia a Dios
Hizo hincapié en que los que lo aman guardarán sus mandamientos (Juan 14:15) y que la obediencia es una expresión de amor a Dios. Jesús instruyó a sus discípulos a permanecer en su amor al guardar sus mandamientos, tal como él permaneció en el amor del Padre al obedecer sus mandamientos (Juan 15:10).
La obediencia de Jesús a Dios culminó en su muerte sacrificial en la cruz. Voluntariamente entregó su vida como expiación perfecta por los pecados de la humanidad, en plena conformidad con el plan redentor de Dios. Su obediencia demostró su profundo amor por Dios y la humanidad.
La obediencia de Jesús a Dios fue un aspecto central de su misión terrenal. A través de su compromiso inquebrantable de cumplir la voluntad del Padre, Jesús nos dio un ejemplo a seguir, enseñándonos la importancia de la obediencia, la sumisión y el amor a Dios.