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Parte 8
Jesús Sanando a los Diez Leprosos
El milagro de Jesús sanando a los diez leprosos es un evento notable registrado en el Evangelio de Lucas (Lucas 17:11-19).
Mientras Jesús viajaba por la frontera entre Samaria y Galilea, entró en una aldea, donde se encontró con diez hombres con lepra. La lepra era una enfermedad cutánea grave y muy contagiosa que aislaba a quienes la padecían.
Parados a la distancia que exige la ley, estos diez leprosos clamaron a Jesús pidiendo misericordia, diciendo: "¡Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros!" Al reconocer su desesperada necesidad de curación, Jesús respondió con compasión y les ordenó que fueran y se mostraran a los sacerdotes.
En la cultura judía, era costumbre que los leprosos se presentaran ante los sacerdotes después de ser curados, siguiendo las pautas marcadas en el libro de Levítico. El papel de los sacerdotes era examinar a aquellos que decían estar curados y declararlos limpios, permitiéndoles reincorporarse a la sociedad.
En un acto de fe y obediencia, los diez leprosos emprendieron el camino hacia los sacerdotes. Mientras viajaban, sucedió algo extraordinario: cada uno de ellos fue sanado milagrosamente. Su piel desfigurada fue restaurada y fueron limpiados de la lepra que los había atormentado durante tanto tiempo.
Al darse cuenta de que habían sido sanados, uno de los leprosos, un samaritano, considerado un extraño por la comunidad judía, se volvió y glorificó a Dios en alta voz. Cayó a los pies de Jesús, agradeciéndole su milagrosa curación. Jesús se dio cuenta de la gratitud de este hombre y la reconoció, diciendo: "¿No fueron diez los limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No se encontró a nadie que volviera y alabara a Dios, excepto este extranjero?"
Jesús destacó la falta de gratitud mostrada por los otros nueve leprosos, presumiblemente judíos. Sólo el samaritano, considerado un marginado por la sociedad, se tomó el tiempo para regresar y expresar su gratitud por la increíble curación que había recibido.
Entonces Jesús dijo al samaritano: "Levántate y vete; tu fe te ha sanado". Además de la curación física, este samaritano experimentó una curación espiritual más profunda a través de su fe en Jesús.
Este milagro de sanar a los diez leprosos demuestra varias lecciones importantes. En primer lugar, revela la compasión de Jesús por aquellos que estaban marginados y sufriendo. En segundo lugar, muestra que la fe y la obediencia son esenciales para recibir las bendiciones de Dios. En tercer lugar, resalta el significado de la gratitud y el dar gracias a Dios por su abundante misericordia y curación.
La historia también nos desafía a examinar nuestros propios corazones y considerar si somos rápidos para expresar gratitud a Dios por las innumerables bendiciones que recibimos en nuestras vidas.
El milagro de Jesús sanando a los diez leprosos nos anima a acercarnos a Jesús con fe, buscar su misericordia y expresar gratitud por las curaciones milagrosas y las bendiciones que nos otorga.