Idioma
Directorio
Parte 10
Jesús Quita a los Endemoniados
Los milagros de Jesús que involucran la expulsión de demonios son eventos poderosos y significativos registrados en múltiples relatos a lo largo de los Evangelios.
Hombre endemoniado en la sinagoga:
En Marcos 1:21-28 y Lucas 4:31-37, Jesús entró en una sinagoga en Capernaum y se encontró con un hombre poseído por un espíritu inmundo. El endemoniado gritó reconociendo a Jesús como el Santo de Dios. Jesús mandó al espíritu inmundo que saliera del hombre, y con un fuerte grito, el demonio lo abandonó. Las personas que presenciaron esto quedaron asombradas de la autoridad de Jesús sobre los espíritus malignos.
El endemoniado geraseno:
En Marcos 5:1-20, Mateo 8:28-34 y Lucas 8:26-39, Jesús llegó a la región de los gerasenos y se encontró con un hombre poseído por múltiples demonios. Este hombre era tan fuerte que nadie podía atarlo ni controlarlo. Cuando Jesús lo vio, los demonios rogaron que no los atormentaran y pidieron que los enviaran a una piara de cerdos cercana. Jesús accedió a su petición y los demonios abandonaron al hombre y entraron en los cerdos. Luego los cerdos se precipitaron al mar y se ahogaron. Cuando la gente de la región se enteró de este increíble evento, quedaron asombrados y asustados.
Niño de espíritu mudo:
En Marcos 9:14-29, Mateo 17:14-20 y Lucas 9:37-43, un padre desesperado se acercó a Jesús en busca de ayuda para su hijo que estaba poseído por un espíritu mudo. El espíritu a menudo se apoderaba del niño, causándole convulsiones y espuma por la boca. Los discípulos habían intentado previamente expulsar al demonio pero no lo lograron. Jesús reprendió al espíritu inmundo y le ordenó que abandonara al niño. El demonio salió y el niño quedó completamente sano.
Estos milagros de la eliminación de la posesión demoníaca por parte de Jesús revelan su autoridad y poder sobre los espíritus malignos. Demuestran que Jesús es el Hijo de Dios que tiene dominio sobre el reino espiritual. A través de estos milagros, Jesús no solo trajo sanidad física sino que también liberó a las personas del tormento y la esclavitud causados por las fuerzas demoníacas.
Estos relatos enfatizan la compasión de Jesús y su deseo de liberar a los oprimidos por las tinieblas. Al liberar a las personas de la posesión demoníaca, Jesús mostró su papel como Salvador que libera a los cautivos y los devuelve a la plenitud.
Los milagros de la eliminación de la posesión demoníaca por parte de Jesús también sirven como recordatorio de la batalla espiritual en curso entre el bien y el mal. Animan a los creyentes a confiar en la autoridad y el poder de Jesús para combatir las fuerzas espirituales y buscar la libertad de cualquier forma de opresión.
Estos milagros exhiben la naturaleza divina de Jesús, su autoridad sobre los espíritus malignos y su compromiso inquebrantable de llevar liberación y restauración a los necesitados.